Es el fantasma de la ampliación de la democracia social, económica y política; el fantasma de la democracia participativa y deliberativa; el fantasma de la vigencia integral de los derechos humanos individuales y colectivos; el fantasma de la abolición definitiva de la discriminación, marginación y saqueo del trabajo de las personas y pobladores del campo y asentamientos humanos de las ciudades; el fantasma de la igualdad de las mujeres, de los jóvenes, adolescentes y niños; el fantasma del respeto y trato justo a las personas con discapacidad física, a las personas de la diversidad sexual, a las personas de etnias minoritarias y a los residentes extranjeros; el fantasma de la plena libertad de pensamiento, conciencia, opinión, expresión y manifestación.
Todas los poderes del viejo Perú se han confabulado en santa jauría contra este fantasma: las mafias de la corrupción, los cuellos blancos, el club de la construcción, las empresas oligopólicas del sector minero, agrario, turismo, alimentación, comunicación; los grandes propietarios de los medios de prensa, radio y televisión, de las universidades bamba; las organizaciones políticas corruptas conspiradoras contra la democracia y muchos caudillos retrógrados, frustrados y renegados que se odian a sí mismos y a los demás y no desean ningún cambio en beneficio de las grandes mayorías.
Este fantasma es tildado de otro fantasma el del comunismo, del chavismo, del terrorismo, del marxismo-leninismo. A este fantasma, los vetustos poderes del Perú le han puesto nombre, apellido, profesión y nacionalidad y lo acusan de mentiroso, inculto y pretencioso. Se llama Pedro Castillo, profesor de primaria del campo, chotano. Para ellos un don nadie, profesor del campo, algo así como pastor de borregos, y chotano, no peruano. Como si Chota fuera el último rincón del planeta y no fuera el Perú. La que se cree legítima representante de la supuesta Casa de Kumamoto, le dijo hace poco “he tenido que venir hasta aquí”; a empolvarse su kimono y sus warajis seguramente.
¿Qué partido o político de oposición no ha sido denigrado con atributos que esos vetustos poderes le dan a este fantasma al cuadrado? El último fue Vizcarra. Incluso algunos de los representantes de esos vetustos poderes que no son tan agresivos con ese fantasma son criticados furibundamente, como Hernando de Soto, que por haberse reunido con la actual corporeización del fantasma del cambio en favor de las grandes mayorías en el Perú, Pedro Castillo, ha sido calificado de senil, tibio, traidor y otros improperios.
Incluso periodistas relativamente independientes de los grandes y vetustos medios de prensas arremeten contra el fantasma de la profundización de la democracia en el Perú, y lo que es más alarmante, medios o periodistas alternativos, dan peroratas confusas, que finalmente abonan por un salto al vacío o la subordinación a los poderes vetustos. Como es el caso del premio nobel Mario Vargas Llosa, o lamentablemente el gran periodista César Hildebrandt.
La posición de Hernando de Soto, parece desprenderse de esa sopa de mediocridad. Teniendo claro que rechaza los planteamientos de una economía y organización social planificados y centralizados al extremo, expresa sin reservas su opción por la inclusión de los sectores económicos y sociales marginados en un único Perú encaminado al desarrollo integral humano. También se declara convencido de su rol de actor por lograr que tanto uno como el otro lado de la contienda política avancen hacia esa visión de sociedad inclusiva que él tiene. Y actúa en ese sentido, se reúne con ambos, y se reunió con Castillo.
Los políticos de la izquierda democrática, no radical, centrista, los del centro, los liberales demócratas que no están con la corrupción y los causantes del desgobierno de los últimos años, es decir el fujiaproacciopopulismo y sus aliados deberían apuntalar al señalado por los poderes vetustos como representante del fantasma que han creado. Siendo conscientes de que ese fantasma, el de la democratización de la sociedad y el de los derechos plenos para todos los peruanos, no es ningún fantasma, y que mucho menos tiene por qué, ser visto con el ropaje de otro fantasma más antiguo, el del comunismo que recorría Europa hace casi 200 años.
Los saqueadores, los abusivos, los intolerantes, los corruptos de siempre, que eran y aún son muy reales, como hace 200 años, tienen las mismas características y pretenden eternizar su injusticia. Pero la situación en el mundo ya no es la misma, y estos vetustos poderes se convertirán en fantasmas, que se irán desvaneciendo, envueltos en sus propias fantasmagóricas mentiras y patrañas.
La democracia social, económica y política, la igualdad de derechos y el pleno desarrollo humano, no son fantasmas y se vienen haciendo realidad, pésele a quien le pese, y con la participación o no del señor Castillo, pero en este momento concreto precisamente con él, empujándolo a mayores niveles de compromiso con una democracia integral, en combate definitivo contra la corrupción y los viejos poderes.
Mariano Paliza Mendoza
04.05.2021